Galileo Galilei (1564-1642) dibujó, a principios del siglo XVII, cinco acuarelas en tonos ocres y marrones del satélite terrestre, pintando sus cráteres, sus montañas y otros accidentes geográficos hasta entonces desconocidos y que sólo con la ayuda de un telescopio fue capaz de observar, plasmándolos posteriormente sobre el papel con enorme precisión. Éstas acuarelas acaban de ser descubiertas por William R. Shea, responsable de la cátedra galileana de la Universidad de Padua, junto con Horst Bredekamp, director del Instituto de Historia del Arte de la Universidad de Humboldt de Berlín. El primero declaró que "se trata del descubrimiento más excepcional sobre Galileo realizado en los últimos 150 años".
Galileo incluyó esos cinco dibujos en la primera copia de 'Siderius Nuncius', una obra en la que, además de anunciar el descubrimiento de los cuatro principales satélites de Júpiter, recogía sus observaciones sobre las formas y cráteres lunares y cuya primera edición fue publicada en Venecia en el año 1610. Faltaban los cinco dibujos de la Luna realizados por Galileo y que fueron entregados al impresor veneciano Tommaso Baglioni.
Ese primer ejemplar de 'Siderius Nuncios' se encontraba en Sudamérica, probablemente en Argentina, donde se encuentran numerosos italianos procedentes de la región del Veneto. Fue allí donde recientemente lo adquirió Richard Lan, uno de los más importantes anticuarios neoyorquinos, encargando a continuación a una amiga que lo examinara. Y esa amiga, a su vez, contactó con el profesor William Shea, uno de los más reputados expertos mundiales en Galileo Galilei.
Galileo incluyó esos cinco dibujos en la primera copia de 'Siderius Nuncius', una obra en la que, además de anunciar el descubrimiento de los cuatro principales satélites de Júpiter, recogía sus observaciones sobre las formas y cráteres lunares y cuya primera edición fue publicada en Venecia en el año 1610. Faltaban los cinco dibujos de la Luna realizados por Galileo y que fueron entregados al impresor veneciano Tommaso Baglioni.
Ese primer ejemplar de 'Siderius Nuncios' se encontraba en Sudamérica, probablemente en Argentina, donde se encuentran numerosos italianos procedentes de la región del Veneto. Fue allí donde recientemente lo adquirió Richard Lan, uno de los más importantes anticuarios neoyorquinos, encargando a continuación a una amiga que lo examinara. Y esa amiga, a su vez, contactó con el profesor William Shea, uno de los más reputados expertos mundiales en Galileo Galilei.